Cuando se reunieron en un estudio de Hollywood para grabar en 1961 este disco, Betty Carter ya era una artista consagrada, en tanto Ray era una figura ascendente pero lejos de ser el mito en que después se convirtió.
Betty, que venía del jazz, se codeaba con una pléyade de estrellas como Dizzy Gillespie, Charlie Parker, Sonny Rollins y John Coltrane, entre otros, siempre defendiendo la pureza y negritud del género.
Cutello - Raventos - Delp - Rogantini - Páez - García
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